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Viernes 24 de Octubre del 2025
Edifícate, consérvate y convence. La epístola de Judas, después de su breve introducción nos revela la urgencia, “…la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación” (v3a), como dice también “me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.” (v3b) [Especificándonos las razones] “Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.” (v4).
Edifícate, consérvate y convence. No seamos como uno de aquellos que habiéndonos sacado el Señor de la esclavitud, y salvado como lo hizo al sacar su pueblo de Egipto, “después destruyó a los que no creyeron.” (v5b). Y aún “…a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.” (v6-7). No seas como los soñadores que “mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.” (v8b); pues “estos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.” (v10, Ver+ v9). No sigas “el camino de Caín”; ni “en el error de Balaam”; ni “en la contradicción de Coré”. Evita tener manchas, ser “nubes sin agua”; “arboles de otoñales, sin fruto”; “estrellas errantes” (V+ v12-17); sigue el consejo de los apóstoles: “los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.” (v18-19). Trayéndonos así los próximos tres textos que componen nuestro tema en esta mañana:
* (v20) “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,”
* (v21) “conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.”
* (v22) “A algunos que dudan, convencedlos.”
Edifícate, consérvate y convence. Edificarse tiene una base, y es la fe, por eso dice: “sobre vuestra santísima fe”. La fe, no es de nosotros, es un don de Dios, pues viene “…por el oír, y el oír por la palabra de Dios” (Ro 10:17). Según el
Apóstol Juan, Jesús es la Palabra, el Verbo encarnado de Dios, veamos esta traducción:
* (Jn 1:1-2,14 TLA) “Antes de que todo comenzara, ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Cuando Dios creó todas las cosas, allí estaba la Palabra. Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios, pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad.”
Es la fe en Cristo, la roca inconmovible, que tenemos una buena fundación, así no las enseñan en su enseñanza de los dos cimientos (V+ Mt 7:24-28; Lc 6:46-49). La fe no necesita ser grande, para ser cosa grandes, pues Jesús mismo le enseña a sus discípulos al pedir ellos “…Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.” (Lc 17:5-6; Mt 17:20). El tamaño de fe no cuenta, lo que cuenta es la calidad y la resistencia de la misma, sin dejar la oración en el Espíritu Santo.
Edifícate, consérvate y convence. Nos conservamos en su amor, “en el amor de Dios”. Recuerde que estamos hecho de cuerpo, alma y espíritu, y muchas veces tenemos luchas exteriores, pero otras son internas, a veces luchas espirituales y otras carnales y como me conservo, como me guardo, debemos esperar la misericordia de aquel que fundaste tu fe, en Jesucristo y estar listo para su venida, la cual trae vida eterna.
Edifícate, consérvate y convence. Muchos dudan, muchos son débiles en La Palabra, les es difícil oír, no oran, su fe esta aguada, dilatada, están fundados con mas arena que sobre la Roca, su conservación casi está al expirarse, pero ahí esta nuestra tarea, como dice: “A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor…” (v22-23a)
Edifícate, consérvate y convence. Pues el Señor tiene cuidado de nosotros aún después de muerto, tiene ángeles a nuestro cuidado y reprende aún al diablo por nosotros, cuando nosotros no podemos; observemos: “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.” (v9) Edifícate, consérvate y convence. Pues no convencerás a nadie, sin edificarte y conservarte. Y termino con los dos últimos versos de la epístola:
* (v24-25) “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”
Edifícate, consérvate y convence. Y él, te guardará y no caerás. Preséntate ante el limpio y sin manchas, y tu alegría estará en su presencia. Espero que esta reflexión te edifique, te conserve y ayudes a otros a alcanzar lo mismo. No seamos egoísta, acuérdate que nos conservamos “en el amor de Dios”, si sabes que alguien necesita una palabra de aliento, darla, ora, intercede, se los que edifica no de los que destruye. Y cuando el enemigo te ataque no hables maldiciones, No imites lo malo, sino lo bueno, dir lo que dijo el ángel y el profeta “El Señor te reprenda” (V+ v9, Zac 3:2). Construye tu casa sobre la roca. Dios te bendiga es mi deseo. Judas 20-22