Raíz de todos los males.

Raíz de todos los males. “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,” (v3). Mira como lo describe y recomienda Pablo:

* (v4-5) “está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.”

Diciendo aún más:

* (v9) “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;”

Raíz de todos los males. Está justamente aquí en el proximo texto: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (v10). Huye de esto. Mira, observa, como le dice el apóstol a Timoteo:

* (v11) “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.”

“Pelea la buena batalla de la fe” (v12a). Porque si Dios no te ha respondido, no significa que él no te escuchó, sino que no es el tiempo. Conténtate con lo que tienes, porque “…gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;” (v6); “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.” (v7-8). ¡Aleluya! Guarda, “…el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,” (v14b); mácula significa (mancha, o señal que ensucia un cuerpo); en otras palabras, mantente “este mandato sin mancha ni reproche” (NVI).

Raíz de todos los males. No debiera estar en nuestro corazón. No ames al dinero. Ama a Dios, el cual suple todas las cosas en abundancia (V+ v17). No codicies. Si eres rico, no seas altivo, haz bien, “sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.” (v18b-19). Muchos nos tardamos de pasar esta prueba. Muchas veces cuando no teníamos mucho, servíamos más en nuestra iglesia, en nuestra comunidad, en la congregación, practicábamos más el dar que el recibir; a medida que Dios nos fue bendiciendo cambiamos rápidamente porque empezamos a amar más lo que recibimos que aquel que da todas las cosas. Raíz de todos los males. Y que triste verlo en un ministro, en un líder, en un maestro. Raíz de todos los males. Te desvía de la fe, te desenfoca, te hace olvidarte de Dios. Llevándolos y traspasados a “muchos dolores”. Busca la raíz. Las raíces usualmente están bajo tierra, están escondidas, profundas, muy pocas veces son discernibles a la vista o simple vista. Ora, pide al Señor que remueva toda raíz de males en tú vida. ¡Amén! ¡Gloria a Dios! Termino con la exhortación que termina la carta Pablo:

* (v20a) “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado,…” (V+ 20-21).

Espero que cada maestro, líder, pastor, hermano(a) o amigo en la fe haya podido crecer y a prender más en estas reflexiones de esta primera epístola a Timoteo. Dios te bendiga es mi deseo. 1 Timoteo 6:10